Desde que el pasado y ya lejano mes de octubre hasta hace muy pocos días, nuestra finca El Encinar de Poniente, ha tenido una gran actividad, de la que depende el futuro de nuestra empresa. Toda esta actividad, no es ni más ni menos que la conocida como montanera.
Decimos que nuestro futuro depende de estos meses, porque es cuando nuestros cerdos pastan en las más de 500 hectáreas de la dehesa, con absoluta libertad, alimentándose de la bellota, que se convierte en el alimento fundamental de estos animales. Si las condiciones climatológicas son buenas, las envinas u alcornoques, darán una gran cantidad de bellotas y que, junto a su calidad, permitirán obtener los mejores productos ibéricos de bellota, que luego pondremos en el mercado.
Durante estos más de 5 meses, los cerdos disfrutaran de una vida absolutamente placentera, en lo que lo único que tienen que hacer es comer y dormir.
A lo largo de nuestra dilatada historia, hemos ido adecuando la calidad y cantidad de bellotas al número de cerdos que podían disfrutar de ellas en el Encinar de Poniente. No todos los años podemos tener la misma cantidad de animales, sino que en función de los estudios que nuestros ingenieros agrícolas determinan, así es el número final.
Como norma habitual, un cerdo debe entrar en la montanera con un peso máximo de 115 kg y a lo largo de estos meses, engordar un mínimo de 46 kg, a base de bellotas.
La calve de nuestra calidad está en la pureza de la raza, la calidad de las bellotas y en la extensión de la finca, lo que permite que cada animal ande alrededor de 10 km diarios, buscando las mejores bellotas.
Nosotros hemos finalizado la montanera y hemos sacrificado los animales con una muy buena calidad, lo que nos hace ser optimistas con el resultado final de los productos ibéricos de Marcial Castro. También y gracias a la climatología, el número de cerdos ha sido superior al de temporadas pasadas.
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