Con el verano llegan las jornadas laborales reducidas y las ansiadas vacaciones. Es la época del año en la que podemos dedicar más tiempo a disfrutar de nuestros placeres favoritos. La buena mesa es uno de ellos. ¿Quién no está deseando salir al jardín o a la terraza y hacerle un homenaje al paladar con unas bebidas refrescantes y unas raciones de ibéricos de bellota, empezando por la joya de la corona, el jamón ibérico de Marcial Guijuelo?
Sin embargo, el jamón ibérico y las carnes selectas del cerdo ibérico en general, requieren de ciertos cuidados durante el estío de modo que sus excepcionales propiedades organolépticas no sufran ningún menoscabo.
Cómo conservar el jamón ibérico durante el verano.
El calor del verano convierte a esta estación en la más peligrosa para cualquier tipo de alimento. Con unos pocos y sencillos cuidados, tus jamones ibéricos no tienen por qué sufrir ningún problema.
El efecto del calor sobre el jamón es su deshidratación, es decir, que sude y pierda grasa en exceso, con el peligro de secarse u oxidarse.
Una forma de evitar los efectos del calor es guardar nuestro jamón ibérico Marcial en lugares secos, frescos y bien ventilados. En las casas antiguas, las despensas eran las estancias más adecuadas para almacenar los jamones. A día de hoy no son muy comunes, así que se suelen utilizar las cocinas.
Es aconsejable colgar el jamón ibérico, aunque no siempre es posible. Si lo haces, que sea sin cubrir, de modo que pueda oxigenarse, y sin que entre en contacto con otras superficies.
En ningún caso el jamón ibérico puede recibir luz solar directa. Su temperatura no debe superar los 18-20º ni bajar de los 12º (nada de meterlo en la nevera si no está loncheado y envasado al vacío) cuando quieras conservarlo durante un tiempo. Si, por el contrario, quieres consumirlo de inmediato, puede aguantar temperaturas de hasta 23º y 25º.
Cuando abrimos el jamón, podemos dejar una loncha de tocino para colocarla en el corte de jamón para que no se oxide.
Cómo conservar las carnes selectas del cerdo ibérico durante el verano.
El resto de productos del cerdo ibérico, al igual que todas las carnes, en general, necesitan una mayor atención en verano para evitar que se estropeen.
A grandes rasgos, debes evitar que se rompa la cadena de frío para prevenir la aparición de indeseables microorganismos y consumirla en un plazo de aproximadamente 8 días (recuerda que cuando la adquieres ya suele haber pasado almacenada y refrigerada unos 3 días).
Cuando la almacenes en la nevera utiliza la parte más fría, es decir, la parte baja, y mantenla hasta su uso en recipientes herméticamente cerrados.
Y poco más. Ya ves que conservar los productos de cerdo ibérico en verano no tiene muchos secretos. Con unos mínimos cuidados podrás disfrutar del jamón y del resto de carnes ibéricas que te ofrecemos en Marcial Guijuelo en todo su esplendor.
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