Marcial Castro,

la historia de una familia emprendedora de Guijuelo

 

Dedicación al ibérico a través de cinco generaciones

 

Nuestra historia se remonta a más de 100 años atrás, cuando nuestros antepasados se vieron empujados a salir de Guijuelo, ya que era una zona poco productiva para la labranza y el pastoreo.

Los comienzos se centraron en el intercambio de materias primas, principalmente tocino por jamón (antiguamente, el tocino era muy apreciado por su alto rendimiento calórico).

Empezaron con el comercio del truque por la Sierra de Salamanca. Más tarde, bajaron al sur, a la Comarca de la Vera. Por el norte, recorrieron las provincias de León, Zamora y el sur de Galicia.

Tras varias décadas, llegó el ferrocarril a la comarca y se produjo el salto definitivo: los cerdos ibéricos empezaron a transportarse en tren desde las dehesas extremeñas y andaluzas para su sacrificio en Guijuelo.

Ya a principios de los años 80, nace la marca Marcial Castro con un objetivo claro: la más alta calidad controlando minuciosamente cada uno de los procesos: desde la cría del animal, matanza, despiece y elaboración de todos los productos.

Es la historia de una familia emprendedora que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. En la actualidad, los hermanos Manuel y Javier Castro, junto a la matriarca Clotilde Sánchez, dirigen la estrategia de esta marca centenaria hacia la expansión internacional.